ALTERNATIVA BIOTECNOLOGICA PARA MELONES, SANDIAS Y CALABAZAS.

Los melones, sandias, pepinos y calabazas pertenecen a la familia cucurbitaceae, la mayoría de cuyos miembros son sensibles a las bajas temperaturas ambientales, por lo que suelen crecer en regiones húmedas, tropicales y subtropicales. Su cultivo tiene como principal objetivo el consumo de frutos; no obstante, semillas, flores, tenorillos, raíces, brotes jóvenes también suelen ver su fin en el estomago.
Las cucurbitaceas son muy susceptibles a plagas, como insectos, ácaros y a enfermedades causadas por diferentes virus, bacterias, micro plasmas y hongos. Además, son altamente susceptibles a la escases o exceso de agua. Por diversas razones el conocimiento genético sobre las cucurbitáceas no ha avanzado rápidamente como en otros cultivos como el jitomate, papa, maíz o frijol, a pesar de la gran variabilidad genética natural que se presenta en muchas especies.
En el caso específico del género cucumis (pepino y melón), existen especies silvestres cercanamente emparentadas, las cuales muestran características agronómicas altamente deseables, tales como una alta tolerancia a insectos, hongos y bacterias, además de ser capaces de crecer en aéreas de disponibilidad de agua. Desafortunadamente se presentan barreras genéticas sexuales que impiden obtener híbridos entre el melón y esas especies silvestres. Las dos especies más importantes de cucumis muestran casi una total incapacidad para cruzarse con las especies silvestres de este género.